Alfred Tomatis fue un laureado investigador francés que demostró que
modificando las facultades auditivas de un sujeto se obtenían cambios
también en su comportamiento y su lenguaje. Su teoría enfatiza la
diferencia entre audición y escucha: una persona puede percibir
físicamente el sonido y, sin embargo, no decodificarlo correctamente.
Este fenómeno se denomina "escucha alterada" y, en algunos casos, está
asociada a situaciones traumáticas en las que se bloquea la percepción
de determinadas frecuencias sonoras como un mecanismo de defensa. El
método Tomatis procura la estimulación del cerebro a través de
sesiones de escucha, en las que se pretende restablecer la correcta
decodificación del sonido e incidir en trastornos neurológicos
asociados al habla, la motricidad, el equilibrio y la coordinación. En
este caso, la música se emplearía como terapia para subsanar diversas
dificultades en el aprendizaje.
Estudios realizados por la Universidad de Gales, en el Reino Unido, sin
embargo, parecen apuntar a que la música de fondo podría dificultar
tareas que involucran la memoria. La investigación situó cinco grupos de
voluntarios en ambientes auditivos diferentes, facilitándoles una lista
que debían memorizar. Los resultados demostraron que los
participantes tenían mayor éxito en recordar cuando habían estudiado en
ambientes de sonido constante (como los que se emplean para estimular
las ondas alfa), en tanto que confrontaban dificultades cuando habían
intentado memorizar con música de fondo, fuera ésta o no de su agrado
(Nick Perham, en la revista Applied Cognitive Psychology, 20 de julio de 2010).
No hay comentarios:
Publicar un comentario