En las últimas décadas, la comunidad científica ha mostrado gran
interés por investigar los efectos beneficiosos de la música en bebés y
en niños. La iniciación musical
puede iniciarse en la propia casa. Los niños pueden aprender sonidos y
ritmos simplemente si escuchan canciones infantiles o los padres dan
palmas mientras suena la canción.
Entonar canciones a los bebés y escuchar música con ellos, además de
producir cambios a nivel fisiológico, desarrolla un fuerte vínculo
afectivo, que estimula su inteligencia emocional. Asimismo, a nivel
psicológico, despierta, estimula y desarrolla emociones y sentimientos.
Los estudios reflejan que la música favorece la capacidad de los niños para la atención y la concentración,
potenciando así su rendimiento en el colegio. La música estimula la
memoria, el análisis, la síntesis y el razonamiento, y por lo tanto, el aprendizaje.
Beneficios de aprender música desde niños
En general, se recomiendan canciones de letras sencillas y repetitivas que incluyan onomatopeyas y canciones infantiles para bailar.
Sin embargo, no es conveniente restringir el acceso a la música al
niño, está comprobado que los bebés y los niños son muy receptivos a
música clásica de fácil estructura y de corta duración.
Puedes cantar al bebé, dar palmadas en sus manos o enseñarle cómo
puede dar el también palmadas. Esto le ayudará a aprender los ritmos y
la diferente cadencia de la música. El niño ha de entender que la música
es una fuente de diversión.
La educación musical temprana, que comienza en niños de 2 a 5 años,
tiene como objetivo el descubrimiento y desarrollo de las capacidades
expresivas, musicales y psicomotoras del niño, que permitan
posteriormente la elección de un instrumento musical, según sus preferencias y aptitudes.
En la mayor parte de escuelas de música, los niños comienzan desde
edades tempranas con la iniciación musical. Aprenden a hacer ritmos con
la voz o con partes del cuerpo, aprenden cuándo una nota es alta o baja
y, aprenden a escribir o a reconocer las notas musicales mediante
juegos.
De una forma general, los profesores de música para niños trabajan con:
- El desarrollo de la voz
- El contacto con las fuentes sonoras a través de materiales diversos: objetos e instrumentos.
- El reconocimiento y la representación del sonido respecto a su duración, intensidad, altura, timbre, etc.
- El desarrollo de la percepción auditiva
- La utilización del movimiento como medio de expresión y sensibilización motriz, visual y auditiva, para conocer el propio cuerpo, desarrollar el sentido rítmico y fomentar las relaciones sociales.
A partir de los 6 años, en la mayor parte de las escuelas de música
suelen pasar de la iniciación musical a la formación musical en la que
el niño toma contacto con el instrumento musical.
Consejos para fomentar el gusto por la música
- La estimulación musical no se debe limitar a la audición de canciones u obras instrumentales. A medida que la madurez del bebé lo vaya permitiendo, sería muy beneficioso combinar música y movimiento, incorporando palmadas, mímica y baile, y animarle a que nos imite. Con ello, le damos a entender que la música es fuente de diversión.
- Les encanta experimentar, por lo que se podría poner al alcance del bebé objetos sonoros (instrumentos musicales o no), con los que pueda generar ruidos o sonidos.
- Enseñarle a escuchar, llamándole la atención sobre los sonidos del entorno (el timbre, el teléfono, la ambulancia, el canto de un pájaro...).
- Les gusta mucho seguir distintos ritmos.
- Se debería también estimular la voz, el lenguaje y el canto. Pueden escuchar rimas y cuentos musicales, grabar su voz, etc.
- Una buena actividad sería bailar con ellos en brazos mientras escuchamos una melodía o le cantamos una canción.
- Es conveniente que escuchen audiciones completas para que vayan percibiendo el patrón musical, por ello deberemos seleccionar obras de corta duración.
- Puede ser divertido investigar sobre la clase de música que le gusta al niño. Seleccionar distintos tipos de música y ver sus reacciones. Seguramente, al principio, le agradará la música suave, pero sus gustos irán variando a medida que crezca.
- Si queremos que disfruten de verdad, escuchemos sus preferencias y tengamos en cuenta sus aptitudes. No hay que empeñarse en que elijan el instrumento que a nosotros nos gusta.
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